Beneficios del YOGA
Estimula y despierta el cuerpo en todos sus aspectos y funciones
Recupera la flexibilidad natural
Mejora el sistema digestivo
Favorece la relajación
Aumenta el dinamismo
Genera bienestar físico y mental
Mejora la circulación de la energía
Restablece la simetría y mejora el equilibrio
Libera las articulaciones y corrige la alineación y los desequilibrios
Combate la fatiga, el insomnio y el dolor de espalda
Alarga las cadenas musculares
Estimula la circulación sanguínea
Corrige las malas posturas
Mejora la circulación nerviosa, los reflejos y la concentración
Reduce el estrés, la ansiedad y la tensión nerviosa
Mejora la función inmunitaria y la capacidad del organismo para defenderse.
Fomenta un estado mental claro y concentrado, desarrolla la fuerza interior y nuestra capacidad para crear las causas y condiciones de nuestro bienestar.
Esta práctica milenaria obrará un milagro en su vitalidad y flexibilidad a corto, medio y largo plazo. Cada parte del cuerpo se involucra profundamente en un beneficioso estiramiento que lubrica y suaviza todas las articulaciones.
Los 5 principios del yoga según Swami Vishnudevananda
1. Ejercicios adecuados (Asanas)
Las asanas (posturas) trabajan sobre todas las partes del cuerpo, lubricando todo el sistema corporal al estimular la circulación y mejorar la flexibilidad.
"Asana" significa "postura sostenida realizada con conciencia, que proporciona una sensación de bienestar y mejora la capacidad de concentración y meditación".
Las asanas de yoga trabajan principalmente sobre la salud de la columna vertebral. La columna contiene el sistema nervioso central, el sistema de comunicación del cuerpo, del que depende la salud de todo el organismo.
Al mantener la flexibilidad y la fuerza de la columna vertebral mediante el ejercicio adecuado, mejora la circulación, los nervios tienen asegurado un mejor suministro de nutrientes y oxígeno, y el cuerpo se mantiene joven durante más tiempo. Además, las asanas activan puntos de presión que, al estimularse, aumentan el flujo de prana (fuerza vital o energía vital) en el cuerpo.
Las asanas también masajean los órganos internos, lo que les permite funcionar mejor. Practicadas siempre junto con la respiración profunda, la relajación y la concentración, las asanas ayudan a desarrollar la concentración mental. La mente, perpetuamente inquieta, se aleja de las distracciones externas, se vuelve hacia el interior y encuentra la paz.
2. Respiración correcta (Pranayama)
El pranayama, o respiración correcta, conecta la batería del cuerpo, el plexo solar, donde se pueden almacenar y recuperar enormes reservas de energía. Esta energía puede liberarse mediante los ejercicios respiratorios del pranayama. Controlar conscientemente nuestra respiración nos permite almacenar y acceder a una mayor cantidad de energía vital o prana.
La mayoría de la gente sólo utiliza una fracción de su capacidad pulmonar para respirar. Respiran superficialmente, y la falta de oxígeno provoca tensión en la parte superior de la espalda y el cuello. La respiración abdominal profunda del yoga puede liberar viejas toxinas y tensiones e incluso la depresión. Una persona con abundancia de prana irradia fuerza y vitalidad y trabaja con eficacia, calma y concentración.
El pranayama (ejercicios respiratorios) aumenta el prana y permite controlarlo. Existe una conexión sutil entre el prana y la mente. Controlando el prana, controlamos la mente. Todas las enfermedades del cuerpo pueden destruirse de raíz controlando el prana, que es el secreto de la curación. La acupuntura, el shiatsu y la curación espiritual son ejemplos de control consciente o inconsciente del prana.
3. Relajación correcta (Savasana)
La relajación adecuada es un elemento vital para mantener el cuerpo y la mente sanos. Cuando se practica correctamente, libera inmensos recursos energéticos. La relajación correcta refresca el sistema, como el refrigerante de un coche. Cuando el cuerpo está relajado, la naturaleza puede recargarlo más eficazmente.
Cuando el cuerpo y la mente están constantemente sobrecargados, nos sentimos "demasiado llenos".
El estrés y los retos de la vida moderna dificultan la relajación. Desperdiciamos una enorme cantidad de energía en tensiones físicas y mentales innecesarias. Durante el día, nuestro cuerpo produce todas las sustancias y energías que necesita para el día siguiente, pero a menudo éstas se disipan en cuestión de minutos por ataques de emociones negativas como la ira, la pena, los celos, etcétera.
Durante la relajación profunda, sólo una pequeña parte del prana se utiliza para mantener importantes actividades metabólicas. Unos minutos de relajación profunda pueden recargarnos más eficazmente que horas de sueño agitado.
4. Dieta correcta (vegetariana)
La dieta yóguica, que es esencialmente lacto-vegetariana, consiste en platos naturales preparados con verduras orgánicas frescas. La dieta yóguica nutre tanto el cuerpo como la mente y es la más adecuada para la práctica del yoga y la meditación.
Una dieta yóguica sencilla es una dieta equilibrada, natural y libre de productos químicos que garantiza la mejor fuente de nutrientes. La relación yóguica con la comida es: comer para vivir, no vivir para comer, comer los productos que tienen el efecto más positivo sobre el cuerpo y el menor efecto negativo sobre el medio ambiente y otras criaturas.
5. Pensamiento positivo y meditación (Vedanta y Dhyana)
El pensamiento positivo y la meditación son claves importantes para alcanzar la paz mental.
La meditación es el arte de ralentizar y concentrar la mente.
Su práctica regular ayuda a alcanzar el bienestar mental, físico y espiritual. Para meditar correctamente, primero debemos calmar la mente utilizando técnicas de concentración y pensamiento positivo.
Una mente llena de emociones negativas y pensamientos dispersos no puede calmarse.
Gracias a las técnicas de concentración, las oleadas de pensamientos negativos se sustituyen por imágenes positivas y las autosugestiones llevan a la mente a un estado de calma y paz.